La Articulación Temporo-Mandibular es la que une la mandíbula al hueso Temporal del cráneo. Cualquier disfunción de dicha articulación se manifiesta con dolor en la zona mandibular justo por delante del oído, chasquido a la apertura o al cierre de la boca, dolor al masticar, dolor referido hacia el oído, cervicales altas y suelo de la boca, cefaleas, subluxaciones de la mandíbula a la apertura amplia de la boca y limitación de la apertura normal o de los movimientos de la mandíbula (diducciones o desplazamientos laterales de la misma).

Con la ATM están relacionados numerosos músculos, tales como temporales, ECOMs, musculatura del cierre de la boca (maseteros, pterigoideos,...), músculos de la lengua, etc. que pueden presentar una alteración en su tono muscular provocando un cambio en las tensiones que recibe la articulación. Asimismo, presenta relación directa con los dientes y la oclusión dental, lo que hace que la pérdida de piezas dentales o alteraciones de la mordida (mordida cruzada, sobremordida, anteversión de los dientes,...) también repercutan sobre la ATM, modificando su biomecánica normal y haciendo que aparezcan diferentes patologías.

Las patologías que se derivan de una disfunción de la ATM mantenida en el tiempo y no tratadas adecuadamente, son: bruxismo (“apretar” los dientes con fuerza durante el día o durante la noche y que, generalmente, requiere el uso de una férula de descarga que fabrican los odontólogos para evitar un desgaste en los dientes), luxaciones del menisco articular de la mandíbula (similar a los meniscos de la rodilla), desgaste de dicho menisco (pudiendo llegar a provocar artrosis en la
articulación), dolor a la masticación y a los movimientos mandibulares.

El tratamiento de la ATM con técnicas manuales específicas es muy eficaz y ayuda a mejorar el dolor en la zona y los dolores referidos derivados de su disfunción.